Las actividades mineras desde donde se está haciendo la explotación ilegal cesaron desde el momento en que supuestos trabajadores de la mina retuvieron al párroco de Chiquimula.
La detención del párroco de Chiquimula por parte de supuestos trabajadores de una mina, una licencia de construcción que se usó como justificación para la explotación de minerales y las denuncias penales que promovieron las autoridades tardíamente es parte de un problema que, de no atenderse, podría explotar en un nuevo conflicto social.
A finales del mes de octubre de 2020, la población de la aldea El Pato y demás aldeas cercanas empezaron a escuchar retumbos en la tierra, era época lluviosa y la gente que vive en sus casas de adobe empezó a temer que los ruidos podrían ser el anuncio de un deslave provocado por las intensas lluvias de entonces.
Pero las decenas de camiones que empezaron a ver que transitaban desde El Pato hacia el centro de Chiquimula, a poco más de 11 kilómetros de distancia, activaron las primeras alertas.
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